En primer lugar, queríamos rectificar un dato aportado y erróneo del post anterior “El cruel experimento al pequeño Albert”, en el que se hace referencia a la paternidad del experimentador John B. Watson sobre el pequeño Albert, objeto del experimento, siendo este el dato a rectificar, al ser desconocido el padre del pequeño.
Este pequeño, según los diferentes estudios realizados, se trataba en realidad del hijo de una de las nodrizas de un orfanato de Baltimore, Maryland (E.E.U.U.), llamada Arvilla Merritte, elegido por Watson, posiblemente por su carácter tranquilo y calmado, que lo convertiría en objeto moldeable para su experimento de inducirle un miedo que no existía con anterioridad para intentar posteriormente erradicarlo, cosa que no fue posible intentarlo al retirar la madre al menor del experimento en mitad del mismo.
Para Watson, esto fue un punto de inflexión en su vida, ya que a partir de este experimento, comenzó una relación extramatrimonial con su ayudante Rosalie Rayner, que posteriormente se convertiría en su esposa, no sin antes ser destituido en su puesto universitario, incluso hasta el punto de que se le retiraran sus títulos universitarios, por motivo de este “escandalo”, al tratarse de una persona muy influyente y muy relacionada con la Universidad Johns Hopkins, donde ejercía sus investigaciones.
Una de sus citas más celebres fue “Dame una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger, médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón, prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados. Voy más allá de mis hechos y lo admito pero así lo hacen también los que defienden lo contrario y lo han estado haciendo durante miles de años.”
En 1950 se le restituyen sus títulos universitarios retirados, dedicándose por entonces de lleno al mundo de la publicidad.
TUVIERON DOS HIJOS: WILLIAM Y JAMES
En su relación, Watson y Rayner tuvieron dos hijos, William y James, influenciados muy posiblemente por el famoso psicólogo William James, a los cuales criaron con estricta educación conductista, sin ofrecerles ningún tipo de afecto o sentimiento, teniendo ambos orientaciones suicidas, llegando William a conseguirlo.
Otra de las citas más conocidas de Watson en relación a la crianza de los hijos fue “Cuando tengas tentaciones de besuquear a tu hijo recuerda que el amor materno es un instrumento peligroso. Un instrumento que puede infligir una herida que nunca cicatrice, una herida que puede hacer que la infancia sea infeliz y la adolescencia una pesadilla, un instrumento que puede arruinar la vocación futura de tu hijo o hija o sus posibilidades de felicidad marital.”
¿QUE FUE DE ALBERT?
Se han realizado dos grandes estudios de la posible localización y situación del pequeño.
El primero de ellos se publicó en 2009 en la revista American Psychological Associaciation, por los psicólogos Hall P. Beck y Sharman Levinson, que partiendo de las notas de Watson, llegaron a la conclusión de que se llamaba DOUGLAS MERRITTE, y que sufría de hidrocefalia congénita (acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cráneo), llegando a morir a la edad de 6 años.
El segundo de los estudios se publicó en 2014 por los psicólogos Russell A. Powell y
Nancy Digdon, en el que indican que en realidad se llamaba WILLIAM ALBERT BARGER, quien creció sin ningún tipo de problema, salvo con una aversión hacia los animales, especialmente a los perros, muriendo en 2007 a la edad de 87 años, consciente de haber sido el niño del famoso experimento del pequeño Albert.
Ninguna de estas dos hipótesis son consideradas concluyentes, hasta el punto de que se valora la posibilidad de que Watson utilizara a dos niños para su experimento.
Accede aquí al inicio del experimento
Artículo escrito por D.Jesus Sanchez Cazo ( Universidad de Psicología de Sevilla, UNED )